viernes, 21 de agosto de 2015

Dime a quién entrevistas y te diré quién eres

En estas últimas semanas he estado inmerso en un intensivo proceso de reclutamiento y me di cuenta de la gran importancia que, como empresarios, tenemos que darle a estos procesos, debido al impacto que pueden tener en nuestras firmas.
La gente de la que nos rodeamos profesionalmente, como nuestro equipo de trabajo, es finalmente la carta de presentación de la empresa que dirigimos y es, por lo mismo, una ecuación de la imagen que perciben las diferentes audiencias desde el exterior; por tal motivo, ¿no merece la pena dedicarle tiempo al proceso que involucra su reclutamiento?
A continuación, te comparto las cuatro fases que aplico al seleccionar personal dentro de la agencia de RRPP que dirijo, así como en los demás proyectos donde lidero gente:
1.- Selección de CV’s: Sí, es verdad que vamos a recibir muchas hojas de vida cuando publicamos una vacante, pero también lo es que, al menos, un 30% de éstas NO serán las adecuadas para tu empresa. Aquí es imperativo que definas bien lo que buscas en una posición y que te apegues a estos criterios de selección.
2.- Llamadas telefónicas: una vez que seleccionas en papel quién es apto para trabajar en tu empresa, es importante que corrobores, de una manera verbal y práctica, esta suposición y, para ello, te recomiendo las llamadas telefónicas donde puedes medir la capacidad de repuesta a ciertas preguntas así como sondear directamente cuestiones como expectativas económicas, emociones y dudas, entre otras, que no vale la pena esperar a revisar en una entrevista física, debido a la inversión de tiempo que requiere esta última para ambas partes.
3.- Entrevistas físicas: probablemente deseches al menos una tercera parte de los perfiles seleccionados a través de las llamadas, así que prepárate para que, en esta fase, de manera presencial, termines de poner atención en aquellos detalles que son importantes para tu selección, incluyendo la imagen personal, presencia física, posturas, puntualidad, etc. que deben incluirse en el check list de este proceso.
4.- Prueba final: por último y tal vez como la parte más importante del proceso (porque casi nadie lo hace), establece una prueba donde lleves a aquella persona que, hasta el momento, ha pasado todos los requisitos, a una situación típica del trabajo. Con esto terminarás de saber si ese elemento es el adecuado para ti.
Seguro que este proceso te llevará tiempo pero también seguro estoy que será de mayor calidad y valor para el futuro de tu empresa. ¡Éxitok!
¿Tienes duda del proceso de reclutamiento? ¡Escribe en @tokrp !
El autor es director general de Tok Relaciones Públicas
Disponible en: ElEmpresario.mx
Dispoinible en

martes, 4 de agosto de 2015

Es de sabios cambiar de opinión

Como especialista en temas de imagen y percepción, te recomiendo siempre que tus errores, cuando así sucedan y tengan repercusiones, sean continuamente asumidos con responsabilidad y honor, ya que verás que, cuando pase lo mismo con tus subordinados, ellos harán exactamente lo mismo que su líder.
¿Alguna vez te has visto en la necesidad de reconocer un error, pero algo te impide hacerlo por temor a que tu equipo te critique, te juzgue, te pierda respeto o deje de obedecerte y, por lo tanto, no lo admitiste? Te tengo una noticia…si lo haces, ¡sucede exactamente todo lo contrario!
En los últimos días en que, como mexicanos hemos tenido el infortunio de recibir noticias como la fuga de El Chapo, el bajo rendimiento de la selección de futbol en la Copa de Oro, las declaraciones racistas de Donald Trump, entre otros, me preguntaba yo…¿cuál sería el peor escenario en caso de que, en todos estos escenarios, los responsables solamente dijeran: “lo siento, la regué, pero voy a poner todo de mi parte para que X día quede solucionado este problema”? La respuesta es sencilla: la audiencia a las que se dirigiera este mensaje quedaría menos molesta y, probablemente, con un mayor respeto hacia los responsables, precisamente por haber tenido el valor de aceptar algo que les corresponde.
Lo anterior es, simplemente, uno de los principios de manejo de crisis: aceptar el error; y esto es, en la mayoría de los casos e independientemente al seguimiento del compromiso que se haga, el primero y último paso para poder contener una avalancha de críticas y mala voluntad hacia los responsables del incidente.
Además de la gran ventaja de poder detener el avance de una crisis, el aceptar un error de una forma humilde y comprometida con su solución, sitúa al responsable no solo con ventaja con respecto a los ataques que pueda recibir (porque sobre una confesión, ya no hay más culpa que recriminar), sino en un pedestal de admiración y respeto, por el valor que conllevar asumirlo, sobre todo en esta época de elusión y evasión de responsabilidades.
En una empresa, no estamos exentos como jefes o empresarios, de este tipo de errores y el aceptarlos en el momento en el que se cometen, con quien se tenga que hacerlo, te asegurará la continuidad del liderazgo que buscas en tu equipo de trabajo. Como diría
El famoso poeta alemán Goethe “el único hombre que no se equivoca es el que nunca hace nada”.
Como especialista en temas de imagen y percepción, te recomiendo siempre que tus errores, cuando así sucedan y tengan repercusiones, sean continuamente asumidos con responsabilidad y honor, ya que verás que, cuando pase lo mismo con tus subordinados, ellos harán exactamente lo mismo que su líder.
¿Te cuesta trabajo asumir errores? ¡Compártenos en @tokrp !
El autor es director general de Tok Relaciones Públicas
Disponible en: ElEmpresario.mx